sábado, 12 de marzo de 2011

Cumplir Cuarenta

Estoy a punto de cumplir cuarenta años y me encuentro, sorprendentemente, feliz.
Mucha gente tiende a deprimirse cada vez que acumula más años y tiende a bajarse la edad.
Tenía una amiga que cada año cumplía treinta y siete (cuando la conocí yo tenía veintitrés). Ahora resulta que yo debo ser su mayor.
¿Por qué estoy feliz?
No lo sé. A veces pienso que es gracias a este blog.
Una de las más alegrías más pequeñas y más grandes ha sido crear este blog y recibir mensajes de todas partes de mundo. Trato siempre de contestar aunque a veces involuntariamente he borrado un email sin quererlo. Por lo general respondo todos los emails y publico todos los comentarios.
He tenido que dejar sin publicar dos comentarios: uno era de mi hermano y era prácticamente un correo casi personal, y el otro un comentario sobre Vargas Llosa y un presidente peruano.
El comentario estaba plagado de acusaciones y calificativos gruesos. Si el bloguero hubiese sustentando lo que quería decir pero educadamente sin groserías lo hubiese publicado. Creo que si alguien desea hacer agravios contra otra persona (sin pruebas) puede crear su propio blog. Por respeto a los lectores del blog no publico mentadas de madre o calificar a alguien de hijo de p…
Junto a este blog hemos experimentado cosas maravillosas.
El 2009 han sido un buen año porque publiqué mi primer libro y recibí invitaciones de más de una Universidad en los Estados Unidos lo cual me abrumó porque ni más profundos sueños de opio imaginé que esto pasaría. Publiqué un librito en Perú y me traje copias en la maleta. No esperaba más.
El 2010 tuve la “suerte” de ganar el 2010 Mariposa Awards en New York con mi libro Cuentos del Norte, Historias del Sur.
El 2011 se presentó la oportunidad de publicar mi primer escrito en Europa a través de la Revista Aurora Boreal, algo que siempre me había seducido y la Revista Baquiana de Estados Unidos público un escrito mío también.
Para mí estas son pequeñas batallas ganadas porque uno no siempre publica todo lo que desearía.
He perdido muchas batallas también y la lista es tan larga que no podría aquí enumerarlas.
El 2011 es asimismo crucial porque estoy casi en las postrimerías finales de lanzar mi primera novela
Quizás todo esta parte fundamental me haya dado esta felicidad que ahora siento, porque he encontrado el balance a la estabilidad que tengo gracias a las dos mujeres que han sabido quererme bien y domarme: Kathya (mi esposa) y Miranda (mi princesita de casi cuatro años)

Cuando un llega a la base cuatro, tiene que a veces hacer un flash back necesario para entender qué somos hoy.
Del 90’ hacia adelante he pasado por todo los lugares posibles: los estadios de fútbol, los templos hare krsnas, viajes a Cuzco, Marcahuasi, Conciertos de Rock (soy un músico frustrado que tocó en el Agustirock abriendo para la Sarita y otras bandas que si la hicieron), y ha “sufrido” asimismo los cuestionamientos típicos de la juventud: la existencia de dios, el diablo, el ateísmo, el gnosticismo, el fanatismo religioso y político, ser de izquierda o de derecha.
Quizás luego de casi veinte años de búsqueda, siento ahora una calma que antes extrañe porque no la tenía. Sé que no soy la persona que era en los 90’s.
En el 2006 cuando volvía Perú después de seis logros años, mi familia incluido primos y sobrinos que habían visto en mí a un party animal, al prototipo de la juerga y el desenfreno, a un tipo cool, vieron a una persona que en toda la noche bebió tres botellas de agua. Hice lo que pude por bailar y todo eso, pero a las dos de la mañana me fui a dormir porque desde el 2003 al menos no sé que es quedarme hasta las dos o tres “ celebrando” algo. Dicen que me he vuelto un tipo aburrido.
La verdad, estuve feliz de volver a Lima, pero quizás los primos y sobrinos esperaban a ese muchacho loco que conocieron y vieron a un hombre maduro volver, a un hombre con casi treintiseis que, sin saberlo, pronto sería padre (el 2007 nació mi hija)
Tengo mucha nostalgia y también bellos recuerdos de mis 90’s, sin embargo hoy disfruto más ver una película en casa, ir al rio en West Virginia y meternos al agua con mi hija o tirarnos en la arena de la playa con Kathya y Miranda, volar una cometa.
Sosiego, paz, volverse viejo. No me importa lo que esto sea. Lo estoy disfrutando.
Hace unos días en la Universidad donde tomo clases esporádicas, un estudiante joven que casi me topa de casualidad y me dijo: disculpe señor. Si, quizás me estoy volviendo viejo porque ahora hasta la barba crece blanca.
¡Me han querido ceder el asiento! Y recordé como mis padres me inculcaron a cederlo a los adultos que subían al bus. Me recordé saltando como un resorte: señora, siéntese por favor.
Cumplo cuarenta el doce de Marzo que es justo cuando nació Kerouac autor al cual necesariamente tengo que releer porque que estoy escribiendo algo que tiene que ver indirectamente con él. Para ello quizás tenga que ir al cottage donde vivió en Florida, ya que allí hay una organización que promueve los libros de Kerouac.
Cuando uno tiene veinte siempre dice que se quiere ir rápido “Life fast, die Young”.
Yo pensaba (me rio de mí mismo) que me iba a morir a los veintisiete y luego a los treinta tres. Pero he sobrevivido a los paquetazos y shocks económicos de mi país, el terrorismo, las huelgas que me hicieron perder meses enteros de clases; y ahora la recesión de Estados Unidos. Creo haber tenido adversidades mayores.
Ahora pienso que voy a morir a los cincuenta. No importa si me equivoco o no con la fecha. Tengo mucho respeto por la Santa Muerte, pero no tengo miedo a la muerte. No le tengo miedo porque creo que he visto y hecho los que mi ojos y mi corazón han querido: planté una árbol en mi casa, escribí un libro (mal o bien escrito), y tuve (tengo) una hija hermosa.
Tengo bellos recuerdos de Perú y estar en Lima siempre es un grato porque es un eterno recordar a casa. Antes de inmigrar uno no tiene idea si puede ser feliz en Perú, en E.E. U.U o en cualquier lugar.
Creo que me he adaptado bien a vivir en el extranjero. Nunca me he condicionado ni encasillado con posturas ideológicas ni políticas, porque la política al igual que la revolución es una farsa que atrapa tontos útiles.
Recuerdo con cariño a “alguien” en nuestros 90’s hablaba maravillas de Cuba y endiosaba al dictador Fidel Castro y lanzaba vituperios contra de E.E. UU. Ahora esta persona es muy feliz aquí trabajando de MC Donalds y colgando en Facebook las fotos de su auto nuevo.
Mis amigos en Connecticut han planeado una fiesta por mis cuatro décadas y vamos a ir desde Virginia a Connecticut pasando por la carretera 95 que Kerouac menciona en On the Road. Alfo curioso: Kerouac hubiese cumplido un año más en Marzo doce.
Después de ello pienso volver y seguir viviendo mi vida rutinaria y nada interesante: ver una peli, una cerveza el viernes, una copa de vino el sábado (todo en casa con Kathtya, mi mejor amiga y compañera), y el domingo jugar todo el día con mi hija.
Puede que este no sea el prototipo de vida de un escritor “maldito” ni glamoroso pero, qué carajos, soy inmensamente feliz. Hago la salvedad que no critico a nadie que desee vivir opuestamente a mí.
Gracias a todos ustedes por ayudarme a llegar a los cuarenta y mil disculpas si este post es demasiado personal.
Un abrazo y gracias por seguir el blog que desde el 2008 tiene 16,000 visitas.
Pd. Es oficial: es doce de Marzo y tengo cuarenta años. Estoy a veinticinco de ser un jubilado y no trabajar más, qué emoción. Confirmado: mis amigos realmente piensan festejar el cumple de este servidor. Estoy en Connecticut, a media hora de la casa Museo de Mark Twain. Mi hija y mi esposa me han dado una tarjeta de cumpleaños y dos libros (el mejor regalo del mundo)

1 comentario:

  1. feliz 40. otro signo es que no contestas el celu.
    Seguiremos intentando
    y aprueba el post. jaja
    tengo que contarte una de mi sutentación de maestría. algo surrealista para variar.

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