martes, 28 de abril de 2009

MARCO YAURI, PREMIO NACIONAL DE NOVELA 1969 Y POESIA 1977

El escritor y catedrático peruano Marco Yauri Montero tiene un obra extensa, posee asimismo algunos logros importantes en su haber sin embargo muchos peruanos (me incluyo) no lo conocemos a cabalidad. En un país donde por décadas artistas de toda índole desde Menudo, Salserin, Floricienta e incluso el mítico Kiss han llenado- llenan- escenarios y cubren las primeras planas, urge también difundir de manera agresiva y combativamente a nuestros escritores y artistas. No llenarán estadios pero sus palabras- por medio de su obra- nos permiten conocer nuestro país (EL Perú no es Lima) y también destierran el mito que en el Perú no se lee, en el Perú se lee, lo que falta es difusión (H.G.L).
Gracias a Virginia Vílchez Samanez del portal http://www.librosperuanos.com/ publicamos la entrevista al autor Marcos Yauri Montero.


Marcos Yauri y la tradición oral de su pueblo
Por Virginia VílchezLima, 3 agosto 2007
Nutrido con la mitología de su pueblo (Huaraz, Ancash), el Premio Nacional de Novela (1969) y de Poesía (1977), Marcos Yauri Montero, reconoce la gran influencia que tuvo la tradición oral en sus estudios etnohistóricos producción literaria y destaca el horizonte que le abrió para comprender mejor el Perú y las particularidades de la región andina. En esta entrevista nos habla de esto y de cómo se convirtió en escritor y cómo su formación le ha servido para entrar en el lado no oficial de la historia, rescatar la cultura olvidada, la cultura clandestina.

-Cuéntanos ¿como te inicias en la lectura?Yo me inicie en la escuela, cuando cursaba la primaria. Tenía un maestro, al que le gustaba que todos y cada uno de nosotros, recitáramos poemas todos los lunes en la formación. Esto me llamó la atención y empezaron a gustarme los poemas y los libros. Yo leía novelas, mientras mis amigos se distraían, se iban a fiestas, iban de paseo, etc... Yo me quedaba en casa leyendo novelas, que empezaron a gustarme mucho. Para mí la mejor aventura era leer una novela.

-Y tu inquietud por la escritura?Cuando tenía 11 o 12 años en la escuela nos dieron como tarea escribir algo sobre Miguel Grau y como yo no sabía cómo hacerlo le pregunté a mi viejo el cómo. Entonces él me dijo: escribe como si te estuvieras dirigiendo a él, y así empecé, una tarde olvidada ya. La escritura en mí es la consecuencia de mis lecturas. Con el tiempo nació en mí la idea de que yo también debería escribir una novela y cuando veía películas sobre la biografía de un escritor o como vivían los poetas en Paris, me nació el sueño de ser como ellos, buscar la fama, la nombradía y así escribir. Mis primeras inquietudes fueron en verso

-¿Cuál es el primer libro que escribes? ¿Cómo evoluciona tu producción literaria?Mi primer libro, titulado Breviario de vía crucis 1952, es un poemario pequeño. Fue impreso en Huaraz y se vendió en Trujillo. Yo estaba estudiando en la universidad y por allí se difundió. Ya cuando empecé con seriedad, el 60 publiqué el poemario El mar, la lluvia y ella. Después de un largo proceso de trabajo artesanal, salió este libro que fue muy lindo y fue calificado como el más bello libro de amor que se había escrito hasta entonces. Así empezó la historia. En total he escrito 28 títulos entre poesía, novela y trabajos etnohistóricos además de artículos que están repartidos, en revistas, periódicos.

- La ternura de muchos de tus diálogos hace pensar que podrías muy bien incursionar en la literatura infantil. ¿Has pensado en hacerlo?

No. Siempre me ha sido muy difícil; hay que tener alma de niño. A mí me gustan los niños y tengo alma de niño, pero sin embargo, me ha sido imposible, así como me es imposible escribir en quechua. Yo soy quechua hablante, pero nunca he podido escribir, ni siquiera un verso en quechua. Hay que tener un aura especial como Arguedas para hacerlo; él si escribía poesía quechua y brillantemente.
-Resulta extraño que no escribas en quechua siendo un buen quechua hablante y habiendo recogido las leyendas de Ancash en esta lengua.
Efectivamente, estaban en quechua y yo los he traducido. Este trabajo se remonta a los años cuarenta cuando todavía en el Perú no se hablaba de etnohistoria, ni se hablaba de literatura oral, en Lima, era una cosa desconocida. Entonces, yo, por amor a la tierra, iba anotando todas las leyendas y mitos que me contaban y los iba apuntando en un block, hasta que en el año 60, antes del 60, me pregunté ¿que va ha ser de este material? Entonces fui donde P. L. Villanueva que era el mejor editor de esa época; le presenté el libro y salió con el título de Ganchiscocha: leyendas, cuentos y mitos de Ancash. Así fui trabajando más y más hasta que después me encontré con que se había desarrollado en Europa toda una teoría muy sólida, y que al Perú recién se estaba expandiendo y los teóricos se estaban haciendo. A eso se debe a que no tenga los textos en quechua, sino todo está traducido al castellano. Ya no he tenido tiempo de recoger o recordar los textos quechuas, porque eso significaría trabajar dos o tres años, volver al ambiente y buscar a las personas que todavía recuerdan y volver a recoger; eso ya no ha sido posible. Me absorbió el trabajo de la novela, me olvidé de esas cosas y ahora ya no se puede.

- ¿Qué tanto tus novelas, tus cuentos tienen influencia de la tradición oral?Sí, tiene influencia, porque la tradición oral no solamente es relato o cuento, sino contiene una información histórica, religiosa, la cosmovisión. Entonces muchos de esos mitos me han servido para entender mi región, para entender el Perú y en ese sentido he hecho una confrontación con ciertos aspectos de la ideología occidental y he encontrado coincidencias. -Coincidencias en qué por ejemplo.Por ejemplo, en el Ande un enamorado le quita a su enamorada una sortija y la conserva como una joya. Este es un gesto universal. En el Werther de Goethe, el protagonista, conserva y muere y se dispara un pistoletazo y en sus cartas que deja para ella le dice: me acompañará el lazo que me obsequiaste en mi cumpleaños. O sea, como humanos somos iguales en todo el mundo. Lo que nos diferencia es la forma como percibimos el mundo. Allí está la diferencia. Toda criatura humana tiene espíritu, tiene alma, tiene corazón, tiene capacidad de pensar, de inventar... Somos iguales, no hay distingos.

-¿Todas tus obras están ambientadas en Ancash?

Si, todas mis obras están ambientadas en Ancash y concretamente en Huaraz; pero Huaraz se conecta y forma contrapunto con la capital, con la metrópoli, con Lima. De allí que, por ejemplo, en varias de mis novelas, la decadencia de las clases medias provincianas -huaracinas en este caso- van parejas y en la misma etapa con la decadencia de las clases medias miraflorinas. La decadencia de algunas ciudades, que han quedado atrás, no se han desarrollado o han desaparecido en algunas zonas, yo encuentro una relación enorme, por ejemplo, con la avenida Pardo que, en los años 50, era una avenida hermosa, con jardines, con casitas que eran chalet de una o dos plantas, ahora es una Babilonia. Pardo esta tugurizada, hay bancos, hay algazara, hay borracheras, hay una barbaridad, una torrentera de automóviles. Entonces, pareja es la decadencia a nivel nacional, tanto en provincia como en la metrópoli. De todas maneras, los sociólogos -no sé por qué- siguen mirando al mundo andino como un mundo lejano, diferente, del que no se conoce nada y nos miran sobre los hombros. Están muy equivocados.- Esta mirada diferente que tienes de lo que está ocurriendo en el Perú obedece a tu formación?Soy licenciado en Educación, especializado en Historia. Ahora están primando mis ideas históricas. Esto me ha servido para entrar en el lado no oficial de la historia, rescatar la cultura olvidada, la cultura clandestina, la cultura de los pueblos sin escritura. Ese es el del mundo andino. Por eso estudio los mitos, estudio sus canciones y trato de rescatarlos y encontrar la memoria de esa cultura, de mostrar la memoria oficial, la memoria oral, la memoria colectiva que está viva, conteniendo una cultura muy sólida, muy vital, a pesar de que la modernidad trata de ignorarla o de barrerla.

- ¿Que les aconsejarías a los jóvenes escritores?

Les recomendaría dos cosas: primero, una formación sólida porque, para ser escritor, hay que leer primero, a los grandes maestros, que son una verdadera escuela, y luego leer cuanto se pueda, todos los días, y ejercitarse, escribir. Luego tal vez una formación teórica. Ahora se acostumbra asistir a talleres, de donde salen, a veces, escritores que son toda una promesa, pero yo pienso que lo mejor es leer, leer y leer y al mismo tiempo descubrirse a sí mismo, descubrir si se tiene vocación o no; porque de nada va a servir una sólida formación teórica, una erudición monumental si es que adentro no hay ese amor a la palabra, el amor a cómo representar el mundo a través de la palabra. Cuando me preguntan los jóvenes -siempre me preguntan- yo les digo: “para eso no hay reglas. En ningún libro vas ha encontrar cómo debes escribir, cómo debes empezar, cómo debes terminar. Nadie te va ha decir eso, ni hoy ni mañana. Tu mismo tienes que escucharte a ti mismo”. Es lo que les repetiría.
UNA ANÉCDOTA: Cierto día, en Huaraz, en la calle se me acercó un desconocido preguntándome si yo era Marcos Yauri. Cuando le contesté que sí, me dijo que me tenía que agradecer haberle salvado de las penurias. Había sucedido que al encontrarse sin empleo se puso a vender libros, entre ellos mi novela La sal amarga de la tierra en las provincias. Al obtener éxito, se decidió a comprarle a la editorial PEISA toda la edición (20 mil ejemplares). La vendió íntegramente. Esta noticia me alegró mucho, hasta ahora estoy conmovido.


jueves, 16 de abril de 2009

¿CÓMO ESCRIBIR UN CUENTO? (SEGÚN CORTÁZAR Y BORGES)




Cortázar y Borges
¿Como escribir un cuento? ¿Existen temas buenos y malos? ¿Qué técnicas usar?

Foto Borges: www.brown.edu/.../2005-03-10/images/borges.jpg Foto Cortazar fcom.us.es




Siempre solía preguntarme sobre qué técnica debía usar para escribir un buen cuento, si existían temas malos y buenos a la hora de escribir. Curiosamente ahora me hacen esa pregunta de cuando en vez y como hasta ahora no tengo una respuesta concreta y salgo del paso diciendo: no tengo ninguna técnica ni manual pero sigo algunas pautas y persigo como un sabueso lo pista de los que están adelante (muy adelante).
Decir una verdad sobre el cuento (mi verdad) seria de hecho una arbitrariedad pues ya si tuviera la fórmula mágica para poder escribir siempre buenos cuentos, no necesitaría un editor y un corrector de estilo o recurrir a personas como la poeta Carmen Ollé para mejorar los mamarrachos que escribo o tal vez para escuchar un consejo. Si dominara todas las técnicas, si las musas me poseyeran una y otra vez, ya me habría adueñado del Juan Rulfo o del premio Alfaguara y bebería Don Perignon en Paris, pero como soy un aprendiz, sólo tengo una mención honrosa y bebo Inca Kola (Golden Kola se llama aquí) en los suburbios de Virginia.
Sobre la técnica, creo eso si que, que esta no debiera rebasar la pasión por escribir pues cuando uno escribe usando “ técnicas” creyendo que están darán mayor realce lo único que se consigue es mostrar un cuento medianamente bien escrito pero sin alma y sobre todo llenos de palabras decorativas.
En los 90 mi primer taller con el literato Reinaldo Santa Cruz fue una buena experiencia en su momento. Recuerdo que repasamos los flashbacks, las descripciones físicas y sicológicas, las elipsis narrativas (hacer una pausa dejando renglón lo cual significa que el siguiente párrafo ocurre en otro tiempo. Quizás por juventud e inexperiencia todos los cuentos que escribía tenían flashback muchas veces ridículos cuando no pueriles. Ejemplo: fulanito recordó aquella tarde en el parque cuando estaba con fulanita y se estaban besando. Ahora estaba en su clase de matemáticas y no había estudiado (¿Qué carajo tienen que ver un tema con el otro y por qué es vital recordar ese momento con fulanita?)
Usar flashbacks o retroceder en el tiempo es sólo necesario cuando ese tiempo pasado tiene estrecha relación con el presente, el personaje y sus actitudes y/o el desenlace del cuento. De no ser así no tiene relevancia ese “pasado” por tanto el recurso no pasa de ser un mero ornamento.
Asimismo sobre la técnica podemos decir que pueden existir trucos aunque no siempre son infalibles. Uno es el “hook “o gancho para captar la atención del lector dejándolo en suspenso entre un capitulo y otro. El ejemplo perfecto seria Angels and Demons (Ángeles Y Demonios) de Dan Brown. Ese libro sí que se deja leer: es claro, intenso, hay mucha acción pero abusa de los “hooks”. También usa el recurso llamado “Foreshadowing” que no es sino anticipar o dar un indicio que algo va a ocurrir para crear suspenso. Es decir acontecimientos que preparan al lector sobre lo que vendrá en capítulos posteriores. En el prólogo de Angels and Demons la voz del narrador crea intriga ni bien empieza:
Jacques Sauniere el renombrado conservador, avanzaba tambaleándose bajo la bóveda de la Gran Galería del Museo.
Y el final del prólogo no es menos efectista:
Retorciéndose de dolor, hizo acopios de todas sus fuerzas y facultades. Sabía que la desesperada tarea que tenía por delante iba a precisar de todos los segundos que le quedaban de vida.
¿Es esto malo o nocivo para una novela? Bueno, no necesariamente pues la idea de escribir es captar la atención de lector, sin embargo muchos de los capítulos de Angel & Demons tienen “foreshadowing” al final. Si se le quitasen estos artificios esta novela perdería un peso increíble. De ser peso pesado parecería un alfeñique, peso pluma quizás.
He escuchado decir en una clase de literatura que una novela debe escribirse no en base a una trama, sino en base a un personaje pues a veces al crearla basada en una trama cae uno en el riesgo de tener que hacer que cada hecho tenga que coincidir con lo que se dijo en el capitulo anterior y no salirse de contexto porque tiene que justificar la trama planeada. Uno termina siendo esclavo de su propio texto, cuando es el escritor el que debe llevar al personaje hasta que cobre vida propia.
Ese mismo personaje cuando está bien escrito y descrito hace que uno lo siga y una vez “vivo” experimenta historias diversas que en su conjunto serán un “todo” o novela. La fuerza, pasión de ese personaje nos emocionará y lo acompañaremos en su travesía, en su lucha épica o en la búsqueda desesperada por hallar redención.
Grandes personajes hacen grandes novelas y grandes cuentos. Una muestra de ella es la novela Cometas en el cielo de Khaled Hosseini, el personaje Hassan, un niño hazara (grupo étnico de Afganistán) da una lección de vida, de lo que es el amor a Amir, su amigo de la infancia. Amir después de décadas de no ver a Hassan aún lo recuerda y el amor y bondad de Hassan no sólo lo conmueve sino lo avergüenza pues Amir jamás ha sentido ni amado a nadie con esa lealtad y pasión. Todo lo contrario, vive atrapado como dice una letra del sonero Colón:
“El que nunca perdona tiene destino cierto de vivir amargos recuerdos en su propio infierno.”
¡Qué personaje para tierno y estremecedor es Hassan! y qué bien describe Hosseini la atmósfera, el cielo de Afganistán y las batallas con las cometas y asimismo cómo la violencia y el terror poco a poco devoran su país. Me causó tal emoción que no pude evitar preguntarle a mi vecino Afgano que me cuente sobre Kabul y cómo eran las batallas de cometas.
Cuentos como El puente sobre el río del Búho de Ambrose Bierce o William Wilson de Edgar Allan Poe son excelentes cuentos debido a sus personajes. El cuento de Ambrose narra que un hombre va ser ejecutado y que intenta escapar lanzándose a un rio. Las interrogantes son inevitables: ¿Se salva? ¿Se ahoga? ¿Le alcanzarán los disparos? ¿Cruzará al otro lado del rio?
El Puente… si se quiere cumple además otro rol importante: enseña que la técnica bien usada en una historia no sólo es válida sino valiosísima. Para los que no la han leído este cuento es una pieza perfecta de cómo jugar con los tiempos reales y ficticios sin transgredir la inteligencia del lector. Un ejemplo de transgresión sería: el asesino va a matar a la mujer, le empieza a clavar el puñal sin compasión y la chica grita AHHHHHHHHHHH, y de de pronto despierta porque (qué trillado) estaba soñando…
El cuento de Poe (fantástico claro y no menos notable) hace pensar una y otra vez al lector: ¿Cómo William Wilson aparece aquí y allá misteriosamente? ¿Existen dos William Wilson? ¿Es el antagonista una fantasía en la cabeza de William Wilson? Esta historia se asemeja en el cine al film El Club de La Pelea donde existen un doppelganger, doble o desdoblamiento.
Estas dos historias la leí debido a que un gran narrador como Cortázar las mencionó en sus notas como algunos de sus “Cuentos favoritos”. Pero no sólo porque Cortázar es un gran narrador tengo que creerle sino que muchos de los artículos de Cortázar sobre cómo escribir son realmente clases maestras que varios escritores usan en sus talleres.
Cortázar en Algunos Aspectos del Cuento señala algunas pautas a considerar muy seriamente a la hora de elaborar un cuento:
Un escritor argentino, muy amigo del boxeo, me decía que en ese combate que se entabla entre un texto apasionante y su lector, la novela gana siempre por puntos, mientras que el cuento debe ganar por knock-out. Es cierto, en la medida en que la novela acumula progresivamente sus efectos en el lector, mientras que un buen cuento es incisivo, mordiente, sin cuartel desde las primeras frases. No se entienda esto demasiado literalmente, porque el buen cuentista es un boxeador muy astuto, y muchos de sus golpes iniciales pueden parecer poco eficaces cuando, en realidad, están minando ya las resistencias más sólidas del adversario. Tomen ustedes cualquier gran cuento que prefieran, y analicen su primera página. Me sorprendería que encontraran elementos gratuitos, meramente decorativos.
Asimismo sobre la interrogante si un cuento es bueno o malo por su tema Cortázar Plantea:
Basta preguntarse por qué un determinado cuento es malo. No es malo por el tema, porque en literatura no hay temas buenos ni temas malos, solamente hay un buen o un mal tratamiento del tema. Tampoco es malo porque los personajes carecen de interés, ya que hasta una piedra es interesante cuando de ella se ocupan un Henry James o un Franz Kafka. Un cuento es malo cuando se lo escribe sin esa tensión que debe manifestarse desde las primeras palabras o las primeras escenas. Y así podemos adelantar ya que las nociones de significación, de intensidad y de tensión han de permitirnos, como se verá, acercarnos mejor a la estructura misma del cuento.
Finalmente Jorge Luis Borges (con su acostumbrada ironía) en Cómo se hace un texto explica con mucha claridad un principio básico de cómo escribir un cuento y como desarrollarlo:
En el caso de un cuento, por ejemplo, bueno, yo conozco el principio, el punto de partida, conozco el fin, conozco la meta. Pero luego tengo que descubrir, mediante mis muy limitados medios, qué sucede entre el principio y el fin. Y luego hay otros problemas a resolver; por ejemplo, si conviene que el hecho sea contado en primera persona o en tercera persona. Luego, hay que buscar la época; ahora, en cuanto a mí "eso es una solución personal mía", creo que para mí lo más cómodo viene a ser la última década del siglo XIX. Elijo "si se trata de un cuento porteño", lugares de las orillas, digamos, de Palermo, digamos de Barracas, de Turdera. Y la fecha, digamos 1899, el año de mi nacimiento, por ejemplo. Porque ¿quién puede saber, exactamente, cómo hablaban aquellos orilleros muertos?: nadie. Es decir, que yo puedo proceder con comodidad. En cambio, si un escritor elige un tema contemporáneo, entonces ya el lector se convierte en un inspector y resuelve: "No, en tal barrio no se habla así, la gente de tal clase no usaría tal o cual expresión."

jueves, 9 de abril de 2009

HOMENAJE A UN AMIGO( CON POEMA DE PABLO NERUDA)



Hoy quiero hacer un homenaje a alguien que admiro mucho, no es ningún literato famoso pero es para mí tan relevante como cualquier artista. Se trata de un amigo mayor que por esas bendiciones del creador era también tío mío y después, en acto piadoso, aceptó ser mi padrino (alguna vez fui católico y aunque ya no lo soy respeto la libertad de cultos. Braulio García (el tío-padrino) nos dejó este martes 7 de Abril (sólo físicamente). A él le fascinaba la pintura. Quiero compartir con todos mis amigos, familia y cibernautas una de sus pinturas basada en La Venus de P.P Rubens:" La Ñusta". En el óleo (por capricho del destino inconcluso), La Ñusta está mirando un paisaje pequeño, un mimetismo de la obra de Gustavo Courbet (El Origen del Mundo.)
Asimismo como homenaje al buen Tío Braulio que siempre estará con nosotros, publico un poema de Pablo Neruda: Alturas de Macchu Picchu. Mi familia por ambos flancos proviene del Cuzco por lo que esta tierra es sagrada para mí aunque mis padres migrantes hayan hecho que yo naciera y viviese 29 años intensos en Lima;pero como todo es ilusión y las arenas del tiempo lo mueven todo, Lima ahora tampoco es mi ciudad pues vivo en el exilio desde el 2000.


Pablo Neruda Alturas de Macchu Picchu


Sube a nacer conmigo, hermano. Dame la mano desde la profunda zona de tu dolor diseminado. No volverás del fondo de las rocas. No volverás del tiempo subterráneo. No volverá tu voz endurecida. No volverán tus ojos taladrados. Mírame desde el fondo de la tierra, labrador, tejedor, pastor callado: domador de guanacos tutelares: albañil del andamio desafiado: aguador de las lágrimas andinas: joyero de los dedos machacados: agricultor temblando en la semilla: alfarero en tu greda derramado: traed a la copa de esta nueva vida vuestros viejos dolores enterrados. Mostradme vuestra sangre y vuestro surco, decidme: aquí fui castigado, porque la joya no brilló o la tierra no entregó a tiempo la piedra o el grano: señaladme la piedra en que caísteis y la madera en que os crucificaron, encendedme los viejos pedernales, las viejas lámparas, los látigos pegados a través de los siglos en las llagas y las hachas de brillo ensangrentado. Yo vengo a hablar por vuestra boca muerta. A través de la tierra juntad todos los silenciosos labios derramados y desde el fondo habladme toda esta larga noche como si yo estuviera con vosotros anclado, contadme todo, cadena a cadena, eslabón a eslabón, y paso a paso, afilad los cuchillos que guardasteis, ponedlos en mi pecho y en mi mano, como un río de rayos amarillos, como un río de tigres enterrados, y dejadme llorar, horas, días, años, edades ciegas, siglos estelares. Dadme el silencio, el agua, la esperanza. Dadme la lucha, el hierro, los volcanes. Hablad por mis palabras y mi sangre.