lunes, 6 de julio de 2009

DESDE LA CASA MUSEO DE MARK TWAIN EN CONNECTICUT, “Cuentos del Norte…” ahora en USA

arriba: familia y amigos en la presentacion del libro en Lima


arriba con la bella Miranda en la bella Lima

arriba: La poeta Carmen Olle y Hemil Garcia En Lima luego de un cafe.

arriba la Casa Museo de Mark Twain en Hartford, Connecticut

abajo : taller de cuento en Lima en Parroquia Jesus Obrero Surquillo

abajo presentacion de libro en Lima con familia, amigos, estudiantes y prensa

abajo: G. Rimachi, El Maestro Reynoso y Hemil Garcia
Desde la Casa museo de Mark Twain en Connecticut
“Cuentos del Norte…” ahora en USA

A más de un mes de la presentación de mi libro “Cuentos del norte, historias del Sur” en Lima y estar junto a la familia, amigos y estudiantes, decidí visitar la Casa Museo de Mark Twain. Manejar seis horas por la carretera 95 resulta siempre una aventura (esta es una de las rutas de Jack Keruoac en “on The Road” en su paso por New York: Newburgh, Yonkers, el Rio Hudson ,Patterson, New Jersey). Por la 95 se atraviesa toda la costa este de Miami hasta Canadá, y se puede cruzar ciudades como Washington DC y New York, la ciudad que nunca duerme.
La casa de Mark Twain en Hartford fue el lugar donde se gestaron libros famosos como “un yanqui en el corte del Rey Arturo” y “Las aventuras de Tom Sawyer”. Allí disfrutó también el éxito financiero producto de sus libros e ironía del destino años después en aquella bella casa de madera hizo bancarrota debido a malas negocios (para saber más sobre la Casa Museo de Mark Twain visitar http://marktwainhouse.org)
Ahora desde mi exilio en Virginia no sólo estoy lleno de ilusiones pero de muchos libros en la maleta (aproximadamente casi 300).Libros que debo promocionar yo mismo (señor, compre este libro: el autor promete, yo mismo soy); es decir soy autor y marketero de mi propia obra, y aparte de pasar muchas horas escribiendo, tengo que trabajar en algo distinto para vivir. Es el camino que debemos seguir los autores desconocidos, aquellos que subsistimos gracias a trabajos tan disimiles al oficio de escribir (en Estados Unidos he trabajado como vendedor de autos , bróker de seguros, leñador, cargado muebles y encerado pisos)
Escribir teniendo que trabajar cuarenta horas o más no resulta fácil. Es un camino penoso por ratos. Escritores peruanos como Jorge Eduardo Benavides (ganador del último concurso de cuento del BCR) y el incluso uno de los “mas vendidos” como Jaime Baily han hablado de las peripecias del escritor. El primero narra sus odiseas en España para sobrevivir, y el segundo habla en un reciente artículo sobre un escritor mediocre que tiene que trabajar en TV para sobrevivir ya que vivir de la escritura es muchas veces una utopía.
Aunque la presentación de mi libro en el Centro Cultural España fue extremadamente gratificante, pertenecer a una editorial independiente como Casatomada, no es lo mismo que pertenecer a Alfaguara. Y es que pese al arduo esfuerzo de las editoriales independientes: Casatomada, Estruendo Mudo, Mesa Redonda, entre otras; las editoriales llamadas grandes tienen siempre mayor cabida y presencia en librerías y medios. Esto es una realidad, no una queja; sino un hecho tangible que hasta Maestros como Oswaldo Reynoso han denunciado. Dice Reynoso: la crítica se maneja en un círculo de amigo y de compadrazgo (leer entrevista http://peru21.pe/impresa/noticia/entrevista-oswaldo-reynoso-he-dado-valor-estetico-al-lenguaje-callejero/2006-06-20/139807). Asimismo sobre su polémico libro “los Inocentes”, Reynoso ha dicho: Tuve una suerte de ataques y muy fuertes. Hasta ahora perduran porque yo nunca me sometí a un orden establecido. En la literatura peruana hay un grupo que se denomina oficial y ellos determinan el canon, las normas y tienen acceso a los medios de comunicación. En cierta forma dirigen la literatura y yo siempre he estado en contra de eso (http://casadeasterion.espacioblog.com/post/2006/06/29/entrevista-con-oswaldo-reynoso)


Habrá que curtirse,hacer de tripas corazón y aceptar mí presente (ser un anónimo). Este es creo el primer paso para seguir avanzando en este oficio. Aceptar mi presente no es lo mismo que resignarme y llorar sobre el cappuccino derramado(los escritores en pos de tener un look de escritor no debemos tomar leche, sino bebidas más refinadas , no afeitarnos, beber a raudales y vivir una vida intensa llena de excesos para ser así escritores malditos y por ende poder vender mas).
Sabiendo lo difícil que es hacerse de un lugar, libro en mano (jamás lo llevo en el antebrazo porque un profesor decía que un libro no merecía estar allí y que además nadie aprende por absorción) he recorrido algunos lugares y tocados muchísimas puertas.
Muchas puertas se cerraron o mejor aun nunca se abrieron: “su libro no tiene el perfil de lo que buscamos” (¿cómo lo saben si no lo han leído?) “tenemos demasiado libros en stock” (¿un libro mas rompería el estante?) “Trabajamos con autores conocidos” (¿cómo nos haremos conocidos los nuevos autores?) “¿Tiene un Agente literario?” (No. Yo soy escritor, mi propio publicista, gerente de ventas, y además fan de mí mismo)
Pese a mis iníciales vanos esfuerzos por promocionar mi libro y luego de varios “NO”, recibí un email de algún editor de Estados Unidos, interesado en mi libro, una universidad en Michigan me contactó por iguales motivos pidiéndome incluso una copia. Asimismo una distribuidora de libros a nivel nacional me escribió solicitando mayores detalles sobre “Cuentos del Norte…”.
Lentamente empiezo este proceso de “mover” mi libro en USA. Un estudiante peruano de una Universidad de Connecticut fue el primero en adquirir un ejemplar (un abrazo Joan Pino) sin conocerme. El buen Joan es primo de la amiga de un amigo (“los amigas de mis amigos son mis amigas” rezaba una e canción en los 90’s)
Junto al delicioso vía crucis que es tocar puertas, además vengo coordinando la presentación del libro en Virginia a realizarse en Agosto en un hotel en la ciudad de Fairfax. Algunos amigos están metiendo el hombro apoyando este proyecto.
En tanto la ilusión de promover el libro en USA se concreta, aquí desde la lejanía del silencioso y aburrido suburbio donde vivo, evoco siempre mi visita al Perú, los recuerdos de mi adorada y caótica Lima, el apoyo tremendo del Maestro Oswaldo Reynoso y de mi amiga Carmen Ollé, la presentación en el Centro Cultural España(gestión de Casatomada, las palabras de apoyo de mi amigo Rodolfo Ybarra); y sobre todo el taller gratuito de cuentos que hice en la parroquia Jesús Obrero de mi barrio de Surquillo (aunque ya mi casa allí no exista más). La experiencia con los niños de la Parroquia ha sido uno de los mejores premios que como autor novel he podido alcanzar.
¡Un abrazo fraterno a todos!
Aquí algunas fotos en la casa de Mark Twain, de Lima y su cielo color cenizo, cielo que desde el exilio se extraña tanto.
Hemil

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