sábado, 31 de diciembre de 2011

BLOGGER POR ACCIDENTE. FELIZ 2012

Cuando creé el blog en el diciembre del 2008 tenía la intención de poder mostrar algo de lo que había escrito a algunos familiares y amigos (algunos de ellos escritores, periodistas o ambas cosas a la vez). Mi razón era simple y práctica. Sabiendo lo complicado que resulta mandar papeles y libros por el servicio de correos, decidí optar por lo virtual. Además, anhelaba compartir temas literarios: cuentos, novelas, artículos sobre el arte de escribir.
En menos de seis meses el blog tenía ya mil visitas y emocionado y al borde de las lágrimas quería decir: gracias por visitar mi blog.
Pero algunos temas me lo impidieron: publiqué sin mayores pretensiones y algo de ilusión, Cuentos del Norte, historias del sur en el 2009. Sin saber cómo ni por qué recibí invitaciones para hablar sobre mi primer libro en más de una universidad de Estados Unidos, participé en algún festival literario, publiqué algunos textos en revistas y por ultimo este librito gano un premio literario. La larga lista de escritos rechazados por editoriales merece un post aparte.
En el 2011 la embajada de España en USA tuvo la gentileza de apoyarme para publicar mi segundo libro Sesenta días para abandonar el país, una nivola cualquiera sobre un inmigrante que un día viaja a los Estados Unidos y deja su país escapando casi por la puerta trasera. Este 2011 he viajado un tanto: Richmond, Connecticut, y dos veces en Perú con algunos incovenientes: un día varado en Chicago y once horas en Bogotá.
2011 dirigí algunos talleres de cuento. Uno de ellos en el Centro Cultural España de Lima.
He escrito un guion de cine por encargo y manera de terapia porque estuve cerca de cinco meses sin poder escribir nada (nada que valga la pena).
Las revistas Ventana Abierta, Baquiana y Aurora Boreal publicaron cuentos y fragmentos de mi novela. Les agradezco mucho a sus editores.
Recuerdo que en el 2009 un amigo que ya dejó de escribir o al menos ya no quiere ser escritor publicado me mencionaba que yo había tenido mucha, pero mucha suerte.
Con los cuarenta años que tengo puedo confirmar y refrendar con mi firma que la suerte no existe. La suerte es el consuelo o la excusa del tonto. A la suerte una debe tomarla como al toro, con firmeza y de las astas.
Yo no creo en la suerte ni en la inspiración, para mi estas no existen. Escribir es como cualquier otra disciplina. Un fisicoculturista no se inspira y le salen músculos. No, entrena y entrena, se alimenta bien. Un ingeniero no se inspira porque sí y construye un camino. No, primero lo diseña y luego lo ejecuta.
Un libro no se inscribe con inspiración, sino con disciplina. Un manuscrito se logra sentándose a escribir cada noche o cada fin de semana mientras otros se divierten. Toca escribir, corregir, editar y botar muchos papeles. Pueden haber compañeros cómplices mientras se escribe: un café, una copa de vida, un cigarrillo, una cerveza.
Escribir es un trabajo de obrero y por tanto la paga es mala y a veces nula. Ya lo había dicho el gran Gabo en su artículo Todo cuento es cuento chino: “Escribir una novela es pegar ladrillos. Escribir un cuento es vaciar en concreto. No sé de quién es esa frase certera. La he escuchado y repetido desde hace tanto tiempo sin que nadie la reclame, que a lo mejor termino creyendo que es mía”.
Desde el 2000 cuando llegue aquí, empecé una lucha por hallarme y descubrir qué quería hacer de mi vida. Creo que los genios se descubren así mismos desde pequeños y saben desde siempre lo que quieren. A mí me ha tomado casi cuarenta años descubrirme.
Cuando Vargas Llosa obtuvo el Nobel de literatura mencionó cómo descubrió inconscientemente su vocación: “La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura. Mi madre me contó que las primeras cosas que escribí fueron continuaciones de las historias que leía pues me apenaba que se terminaran o quería enmendarles el final.
Asimismo ratifico que escribir no es fácil como se piensa: No era fácil escribir historias. Al volverse palabras, los proyectos se marchitaban en el papel y las ideas e imágenes desfallecían. ¿Cómo reanimarlos? Por fortuna, allí estaban los maestros para aprender de ellos y seguir su ejemplo. Flaubert me enseñó que el talento es una disciplina tenaz y una larga paciencia. Faulkner, que es la forma –la escritura y la estructura– lo que engrandece o empobrece los temas”.
En el 2006 yo deliraba por momentos en vivir al máximo el American Dream. Ese año una revista de finanzas me entrevistó mostrándome como a un latino pujante que empezaba a saborear el éxito del American Dream porque yo era el dueño de una revista llamada Raíces Latinas. Cegado por los cien flashes que la fotógrafa americana me disparó, me imaginé un día conduciendo un auto lujoso.
Desde el 2007 y hasta la fecha, la recesión alarmante hizo que muchos inmigrantes perdieran autos, casas y también sus sueños. Como un ladrón invisible, la recesión arrebataba los sueños de millones.
Intuyendo lo grave de la recesión, responsablemente Kathya (mi esposa) y yo decidimos cerrar la revista de corte familiar. Muy a pesar que nuestra propuesta era más rica frente a otras que mostraban a latinas en hilos dentales y usaban un español deformado por anglicismos, igual nos vimos forzados a dar un paso al costado.
La recesión casi nos arrebató nuestra casa y con ellos once años de trabajo.
Imagino que dirán también que tuve suerte, pero yo creo que fue nuestra tenacidad y también ser metódico lo que nos permitió sobrevivir al desempleo que afronté por cerca de tres meses. ¡Desempleado en un país extranjero! Desempleado hablando dos idiomas, siendo residente permanente, con estudios en Perú y en Estados Unidos y con experiencia laboral de casi quince años. En el 2006 salí en la portada de una revista de finanzas y en el 2008 recibía con justicia y gracias a los impuestos que pago, un cheque que me permitía sobrevivir. Mientras, el entonces candidato Obama decía que aplicaría impuestos a las empresas y éstas no contrataban a nadie. Y cuando Obama ganó, pues con menos razón podía obtener un trabajo: Hemil, si Obama crea más impuestos para los pequeños empresarios, cerraré mi negocio.
Gente que en el 2006 me ofrecía trabajos cada vez que los visitaba como vendedor de publicidad de mi pequeña revista, ahora me decían por teléfono: I am really sorry. No tengo trabajo que ofrecerte.
A veces contemplaba regresar a mi país pero al ver lo feliz que mi hija era en esta, su patria, yo reformulaba todo de nuevo: ¿qué haríamos mi esposa y yo en Perú? ¿Con mis 38 años será fácil hallar un trabajo? ¿Será feliz mi hija como lo es aquí? ¿Alejarla de sus amigos y su entorno será lo mejor? ¿Quiero que ella se vuelva inmigrante a tan corta edad? ¿Acaso a sus escasos tres años ella entiende la palabra recesión? ¿Qué hago con la casa que compré y que nadie en ésta recesión va a querer comprarme?
Mientras mi esposa y yo hablamos de la recesión, mi hija comía sus espaguetis en salsa roja y decía: yummy tummy (pancita satisfecha) y pedía un poco de helado o más jugo de manzana.
Uno, con el paso del tiempo empieza a comprender que se es del lugar donde se habita o en el camino uno se vuelva algo apátrida sin querer queriendo. Y por eso no he vuelto a casa y quizás un día me marche a otra ciudad u otro país para poder ver otro mar, otro cielo, otro atardecer.
Vivir fuera sin duda cambia la visión que uno tiene del mundo y también de la propia patria. Se le ama más a la distancia, creo, porque no se la tiene cerca; creo que uno es menos ciego y ve asimismo ya con aire más neutral aquellos lastres que no nos permiten despegar y que a veces validamos o justificamos de manera inconsciente.
Luego de once años fuera, también el deslumbramiento del auto nuevo, la casa, y las comodidades propias del primer mundo te importan menos(al menos a mí).
Como todo inmigrante, al venir aquí pensé que me haría rico o al menos que amasaría algo de fortuna para abrir un negocio. Quería olvidarme que en algún momento había tenido afiebrados afanes de ser escritor.
Aquí viene a colación algo de la novela Niebla de Miguel de Unamuno y Jugo donde indirectamente se evoca a la escolástica clásica (Tomás de Aquino) "Nihil volitum quin praecognitum"(Nada es deseado sin ser antes conocido). El ingenioso Unamuno invierte los términos y dice "Nihil cognitum quin praevolitum" (Nada es conocido sin ser antes deseado). Para Unamuno el hombre no es un animal racional sino un ser anhelante, un animal angustiado.
Once años después, ya no recuerdo muy bien qué tipo de negocio quería hacer o para qué vine a Estados Unidos. Me pregunto si de algún modo yo había deseado esto: vivir fuera del lugar donde nací.
En lo que me siento afortunado es que luego de once años sigo casado. Tengo dos hijas preciosas y una nieta preciosa también. Me rodeo de familia y amigos que han sabido lidiar con mis limitaciones y errores para comunicarme y entender este mundo “moderno” donde hay treinta millones de seres humanos en situación de esclavitud. Este mundo donde los hombres, seres pensantes, se matan a balazos y machetazos, por cuestiones religiosas. Por mera fe en Dios.
Mi buena estrella
A esta buena estrella de haber publicados dos libritos, le sumo que el blog que creé en el 2008 tiene hoy 22,000 visitas. Gracias a los cibernautas (estudiantes, colegas, y profesores de español interesados en el tema de inmigración) por visitar la página y por sus comentarios. Sé que han visitado el blog desde alejados como Ucrania, Rusia, Eslovenia, Holanda. Los visitantes del blog son en su mayoría de USA, México, Perú, España y Argentina. En ese orden. El blog que leen surge apenas como un accidente pero no por ello debe dejar de agradecerles su visita.
Dicen que a fin año uno suele hacer un balance o planear lo que hará el próximo.
Yo he decido a los cuarenta años volver a las aulas para hacer una maestría en Literatura y quizás esto me impida postear con más frecuencia y escribir. También sueño con publicar una antología que agrupe autores inmigrantes que al no ser de aquí ni de allá muestran historias y experiencias diferentes.
He descubierto con el paso del tiempo que mis sueños no son producto de la casualidad, quizás de la constancia o de lo que otros llaman “suerte” o de asumir o querer hacer realidad lo que antes no me atrevía a hacer: mostrar (como hago ahora) lo que escribo.

Un abrazo y feliz año a todos.

jueves, 8 de diciembre de 2011

Hemil García en Aquinas College en Michigan. Conversatorio sobre libro Cuentos del Norte, historias del Sur (vía Skype)

Hemil García en Aquinas College en Michigan. Conversatorio sobre libro Cuentos del Norte, historias del Sur (vía Skype)

Stéphane Bedere, catedrático de Español y Francés de la facultad de Lenguas Romances de Aquinas College, me hizo un gentil invitación para visitarlo este semana y poder charlar con sus alumnos.

Pese al gran esfuerzo del buen Stéphane la visita no se pudo concretar y con ello la charla presencial.

Sin embargo, de buen agrado hemos acordado hacer la charla de manera virtual vía Skype.

Así que hoy a las 4.30 PM me “presento” en Aquinas College o los alumnos de Aquinas College se “presentan” en mi casa.

Los cuentos sobre los cuales tendremos una charla son: El Huracán, El Héroe, y Cabecita de Papaya.

La problemática de inmigración: explotación, denigración y la guerra de Irak que principalmente abordo en el cuento.

Hoy voy a salir temprano del trabajo para preparar café en casa y conversar con los alumnos y mi amigo Stephane. Aunque soy reacio a este mundo tecnológico debo reconocer que vías como Skype puede “unir” personas que están en lados opuestos del planeta.

He preparado unas dos preguntas a manera de trivia sobre autores latinos y así hacer entretenida la charla.

Gracias a mon ami Stéphane y sus alumnos por permitirme estar en su clase.

Espero poder visitar Michigan el próximo año y también a los alumnos de Grand Valley State University y a la poeta y amiga Natalia Gómez, catedrática de esa casa de estudios.

Hemil