AUGUSTO MONTERROSO(IZQUIERDA)
HORACIO QUIROGA(DERECHA)
El Decálogo del escritor por Augusto Monterroso y El Manual del perfecto cuentista de Horacio Quiroga.
Noto que muchas de las búsquedas o “search” en mi blog son sobre cómo escribir un cuento o cómo escribir una novela. He puesto más de un articulo al respecto citando comentarios de muchos autores que a mi modesto entender tienen artículos interesantes sobre el arte de escribir y son asimismo grandes escritores.
He notado también que muchos escritores jóvenes siempre preguntan sobre qué pasos deben seguirse para escribir un cuento o para ser escritor. Si bien no hay lineamientos exactos ni un formula de cómo escribir un cuento, los criterios de varios autores de algún modo tienen similitudes al menos sobre lo que no debe hacerse.
Prometo a futuro postear acerca del proceso para publicar un libro que sin duda debe ser un tema interesante para autores noveles. Publicar en mi caso ha sido una odisea donde hubo algunos aciertos y también pequeños traspiés. Por ello deseo compartir algunas experiencias sobre el proceso de publicación. Por ahora me centraré en los “decálogos”.
Honestamente creo que muchos de los decálogos de los escritores pueden clarificar algunas dudas. Creo que en alguna medida los decálogos de varios escritores son una especie de respuesta a las “preguntas más frecuentes” que tienen los escritores noveles.
En lo personal en algún momento al hurgar en un decálogo si bien no he hallado una respuesta concreta quizás he avizorado alguna pauta, una idea de cómo debe escribirse un diálogo, cómo recrear una historia En todo caso siempre es revitalizador (si hasta hace sonreír) leer los “decálogos” de escritores consagrados. Aparte de ser muy instructivos también son reveladores y muestran el espíritu e ironía de los escritores arma fundamental para tener un buen estilo narrativo. Si bien no debe tomarse al pie de la letra cada decálogo mi intención es dar a conocer algunas “máximas” esperando que algún joven vea en estos alguna pista al acertijo que parece ser encontrar un propio estilo.
Cuando me refiero a no tomar al pie de la letra los decálogos cito dos que me parece encierran verdad y mentira a la vez porque la ficción es eso, una verdad a medias. Aquí algunos decálogos. Uno de ellos es de Augusto Monterroso y el otro de Horacio Quiroga:
AUGUSTO MONTERROSO
Primero.Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre.
Segundo.No escribas nunca para tus contemporáneos, ni mucho menos, como hacen tantos, para tus antepasados. Hazlo para la posteridad, en la cual sin duda serás famoso, pues es bien sabido que la posteridad siempre hace justicia.
Tercero.En ninguna circunstancia olvides el célebre díctum: "En literatura no hay nada escrito".
Cuarto.Lo que puedas decir con cien palabras dilo con cien palabras; lo que con una, con una. No emplees nunca el término medio; así, jamás escribas nada con cincuenta palabras.
Quinto.Aunque no lo parezca, escribir es un arte; ser escritor es ser un artista, como el artista del trapecio, o el luchador por antonomasia, que es el que lucha con el lenguaje; para esta lucha ejercítate de día y de noche.
Sexto.Aprovecha todas las desventajas, como el insomnio, la prisión, o la pobreza; el primero hizo a Baudelaire, la segunda a Pellico y la tercera a todos tus amigos escritores; evita pues, dormir como Homero, la vida tranquila de un Byron, o ganar tanto como Bloy.
Séptimo.No persigas el éxito. El éxito acabó con Cervantes, tan buen novelista hasta el Quijote. Aunque el éxito es siempre inevitable, procúrate un buen fracaso de vez en cuando para que tus amigos se entristezcan.
Octavo.Fórmate un público inteligente, que se consigue más entre los ricos y los poderosos. De esta manera no te faltarán ni la comprensión ni el estímulo, que emana de estas dos únicas fuentes.
Noveno.Cree en ti, pero no tanto; duda de ti, pero no tanto. Cuando sientas duda, cree; cuando creas, duda. En esto estriba la única verdadera sabiduría que puede acompañar a un escritor.
Décimo.Trata de decir las cosas de manera que el lector sienta siempre que en el fondo es tanto o más inteligente que tú. De vez en cuando procura que efectivamente lo sea; pero para lograr eso tendrás que ser más inteligente que él.
Undécimo.No olvides los sentimientos de los lectores. Por lo general es lo mejor que tienen; no como tú, que careces de ellos, pues de otro modo no intentarías meterte en este oficio.
Duodécimo.Otra vez el lector. Entre mejor escribas más lectores tendrás; mientras les des obras cada vez más refinadas, un número cada vez mayor apetecerá tus creaciones; si escribes cosas para el montón nunca serás popular y nadie tratará de tocarte el saco en la calle, ni te señalará con el dedo en el supermercado.
El autor da la opción al escritor de descartar dos de estos enunciados, y quedarse con los restantes diez.
HORACIO QUIROGA
Cree en un maestro -Poe, Maupassant, Kipling, Chejov- como en Dios mismo.
II
Cree que su arte es una cima inaccesible. No sueñes en domarla. Cuando puedas hacerlo, lo conseguirás sin saberlo tú mismo.
III
Resiste cuanto puedas a la imitación, pero imita si el influjo es demasiado fuerte. Más que ninguna otra cosa, el desarrollo de la personalidad es una larga paciencia
IV
Ten fe ciega no en tu capacidad para el triunfo, sino en el ardor con que lo deseas. Ama a tu arte como a tu novia, dándole todo tu corazón.
V
No empieces a escribir sin saber desde la primera palabra adónde vas. En un cuento bien logrado, las tres primeras líneas tienen casi la importancia de las tres últimas.
VI
Si quieres expresar con exactitud esta circunstancia: "Desde el río soplaba el viento frío", no hay en lengua humana más palabras que las apuntadas para expresarla. Una vez dueño de tus palabras, no te preocupes de observar si son entre sí consonantes o asonantes.
VII
No adjetives sin necesidad. Inútiles serán cuantas colas de color adhieras a un sustantivo débil. Si hallas el que es preciso, él solo tendrá un color incomparable. Pero hay que hallarlo.
VIII
Toma a tus personajes de la mano y llévalos firmemente hasta el final, sin ver otra cosa que el camino que les trazaste. No te distraigas viendo tú lo que ellos no pueden o no les importa ver. No abuses del lector. Un cuento es una novela depurada de ripios. Ten esto por una verdad absoluta, aunque no lo sea.
IX
No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino
X
No pienses en tus amigos al escribir, ni en la impresión que hará tu historia. Cuenta como si tu relato no tuviera interés más que para el pequeño ambiente de tus personajes, de los que pudiste haber sido uno. No de otro modo se obtiene la vida del cuento.
Hay una buena tanda de decálogos para escritores, recogida en una página que se especializó en ellos. Vale la pena, está bien organizada y la selección es exhaustiva: http://decalogosliterarios.blogspot.com/
ResponderBorrarElvira Segundo Pérez